Esa noche la ciudad brillaba,
parecía que cantaba,
y entre la muchedumbre de aquella plaza,
nosotros.
Sentía que renacía,
tu esbelta figura todo lo ocupaba,
me explicabas, me enseñabas...
¡Y yo admirada!,
porque esa noche,
¡Bendita sea!,
me sumergí en tu mirada,
en la profunda obscuridad de tus ojos,
¡Amados, maravillosos!,
y mis manos duras se deslizaban,
por la impecable palidez de tu cara.
Esa noche era yo quien cantaba,
y tú, travieso pájaro,
revoloteando a mi alrededor,
-ave nocturna, sensual-
tenías el encanto de un caballero,
de tierras lejanas,
¡De no sé que años!
había en ti - niño de dos azabaches-
un inusual contraste,
que entre la multitud,
me hizo adorarte.
Mi precioso, mi sueño,
¡Fue fácil!
extasiarme ante la seda de tus besos
-agua a mi sed, miel a mi amargor-
que mi aire fuera tu aliento,
que mi calor fuera tu delicado cuerpo.
Viví un ensueño,
llevada de tus largas manos,
atajando las perlas de tus sonrisas,
recorriendo tu perfil sereno,
me perdí en ti,
¡Fui feliz!...esa noche -definitivamente-,
la ciudad cantaba,
y yo -flor, fugitiva, deseo-
¡Te amaba!
El amor no sabe de tiempo, de dimensiones que se guardan en el fondo del cajón; el amor sabe traspasar tiempos y distancias para ser presente, o recuerdo, entre las huellas de tus manos.
ResponderEliminarBella poesía.
Nada al azar.
Esos amores que siempre quedan en el recuerdo a pesar del tiempo, y mas si son los primeros, esos siempre permanecen, precioso cielo
ResponderEliminarTengo nueva casitas, te espero por alli, esta en mi perfil
Por cierto te mando otra vez la imagen de tu firma, la debes haber guardado mal porque sale con fondo blanco y esa imagen va sin fondo, no deberia verse asi, besitos
Adis
Black Jack cielo gracias mil por tus palabras, besos ricosss
ResponderEliminaradiss cieloo como esta el poeta ajaja, gracias por visitarme cieloo ahora voy a tu casitaaa y espero la imagen de regresoo lindaaa
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